Desde el 2018 nuestro impacto ha mejorado la salud mental, emocional y física de mas de 100 ancianos sobrevivientes del genocidio, más de 100 cuidadores hospitalarios, y mas de 120 niños y jóvenes sin hogar
Actualmente estamos organizando un programa en Kigali para educar con los valores yóguicos a futuros profesoras y profesores de yoga clásico, con el objetivo de poder multiplicar el efecto de nuestro impacto en todo el país.