Las prácticas de yoga clásico aportan tranquilidad, flexibilidad, conocimiento de nosotros mismos y paz interior. Todos estos beneficios pueden darse también en los jóvenes y en los más pequeños, ya sean estos nerviosos, tranquilos, hiperactivos o tengan algún tipo de limitación física o mental.
El yoga le aporta a la infancia elementos fundamentales que enriquecen y equilibran su sano desarrollo a niveles físico, mental y emocional. No sólo con bebida y comida se nutre a un ser humano, especialmente durante la niñez.